Danby MJ50 User Manual Page 171

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mejor de los casos, sólo pueden considerarse como conjeturas. Con referencia a
la posición del escriba en tiempos de Jesús, ver com. Mar. 1: 22. Sin duda,
por su cultura, educación y posición social, un escriba encontraría que las
privaciones del discipulado eran más difíciles de soportar para él que para un
pescador. Ver com. Mar. 2: 10.
Maestro.
Gr. didáskalos, "maestro", "profesor" (ver com. cap. 12: 38).
Te seguiré.
Este escriba era un voluntario quien, con estas palabras, pedía ser aceptado
como discípulo y dedicar así todo su tiempo a la obra. Del mismo modo, cuando
Jesús le dijo: "Sígueme", le estaba extendiendo una invitación al discipulado,
con exclusión de toda otra actividad (ver com. Mat. 4: 19; Mar. 2:14). Es
posible que hasta ese momento el escriba hubiera seguido a Cristo
ocasionalmente, y hubiera visto y oído lo suficiente como para hacer surgir en
su corazón el deseo de estar con el Maestro constantemente y de aprender de él.
Por otra parte, parecería que fuera una persona más bien temperamental,
acostumbrada a actuar más por impulso que por principio, y que no había
considerado plenamente el costo del discipulado (Luc. 14: 25-33).
Adondequiera que vayas.
Comparar esto con las palabras de Rut a Noemí (Rut 1: 16) y las de Pedro a
Cristo (Luc. 22: 33). Sin embargo, en el caso del escriba, estas palabras
pueden no haber significado más que la intención de ser un discípulo
permanente. Le faltaba la fidelidad de Rut y manifestaba la inconstancia de
Pedro (ver com. Mar. 3: 16). El discipulado exige firmeza de propósito y
paciencia frente a la dificultad o al chasco (ver com. Luc. 9: 62).
20.
Nidos.
Gr. katask'nÇsis, "lugar donde vivir", "vivienda". Muchas veces la palabra
indica vivienda temporaria, tal como una tienda de campaña.
El Hijo del Hombre.
Ver com. Mat. 1:1; Mar. 2: 10; Nota Adicional de Juan 1.
Recostar su cabeza.
A fin de cumplir la misión que había venido a realizar a la tierra, Cristo pasó
la mayor parte de su ministerio yendo de un lugar a otro, no sin un propósito
(ver com. Luc. 2: 49), pero sin lugar de domicilio fijo. El que estuviera
acostumbrado a las comodidades de su hogar, como quizá lo estaba este escriba,
sin duda encontraría difícil y desagradable esa vida itinerante. Quienes hayan
de ser testigos del Evangelio deberán siempre estar dispuestos a soportar
penalidades como buenos soldados de Jesucristo (2 Tim. 2: 3).
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