Danby MJ50 User Manual Page 106

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a Jesús diciendo: "Nosotros hemos oído de la ley" (Juan 12: 34).
Fue dicho.
Al citar a antiguos expositores de la ley, los rabinos con frecuencia
presentaban lo que esos eruditos habían dicho, con las palabras que Jesús
emplea aquí. En los escritos rabínicos estas palabras se usan también para
presentar citas del AT.
No matarás.
El sexto mandamiento del Decálogo (ver com. Exo. 20: 13).
Será culpable de juicio.
Es decir, "será reo ante el tribunal" (BJ). En casos de homicidio no
premeditado, diferente de un asesinato, la ley protegía al homicida (ver com.
Núm. 35: 6; Deut. 19: 3). Por supuesto, aquí se hace referencia a un
derramaniento intencional 325 de sangre, a un fallo de culpabilidad y al
castigo de parte de las autoridades establecidas.
22.
Pero yo os digo.
Los rabinos citaban las tradiciones como autoridad en la cual basaban su
interpretación de la ley. Cristo habló por su propia autoridad, y este hecho
distinguía su enseñanza de la de los rabinos, lo que el pueblo observó sin
demora (ver Mat. 7: 29; com. Luc. 4: 22). La expresión "pero yo os digo"
aparece seis veces en Mat. 5 (vers. 22, 28, 32, 34, 39, 44). Cristo demostró
que sus demandas iban mucho más allá de la mera letra de la ley, y que incluían
el espíritu que habría de impartir vida y significado a lo que de otro modo no
era sino forma. Presentó seis ejemplos específicos a fin de dejar en claro la
distinción entre los hechos visibles y los móviles que llevan a realizar esas
reacciones. Este contraste, que recorre como una hebra de oro el Sermón del
Monte, hace que el discurso sea la declaración suprema de la filosofía
cristiana de la vida. la máxima exposición de ética de todos los tiempos.
Cristo destacó cuán abarcantes son en verdad los requerimientos de la ley e
hizo resaltar que la mera conformidad exterior con la ley de nada sirve.
Se enoje contra su hermano.
El asesinato es el resultado final del enojo. Pero una persona puede ocultar
su enojo de sus prójimos, aun de los que son el objeto de su ira. Lo más que
puede hacer un tribunal es castigar las acciones que resultan del enojo. Sólo
Dios puede llegar hasta la raíz del asunto para condenar y castigar a una
persona por causa del enojo mismo.
Juicio.
Quizá se refiera esto al veredicto de la justicia local de una ciudad o aldea,
e indica que la ira se había expresado en amenazas o acciones.
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